Catalina Isaza Falla, ingeniera de diseño de producto de EAFIT, fue una de las ganadoras del Premio Medellín Investiga 2015 en la categoría de estudiantes de pregrado destacados por su vinculación a la investigación, gracias a su aporte a un trabajo que une la ingeniería y la medicina para ofrecerles soluciones a niño y jóvenes.
La investigación de Ortopedia maxilomandibular con anclaje óseo soportado fue desarrollada en conjunto con el Grupo de Investigación en Bioingeniería GIB (CES – EAFIT) al que pertenece Catalina, el Centro de Investigación de Crecimiento y Desarrollo Craneofacial del CES y el Centro de Innovación Roldán, CIR.
Este trabajo buscaba darles una alternativa eficiente y eficaz a los pacientes con prognatismo mandibular, una deformación facial que hace que la mandíbula sobresalga excesivamente, haciendo que la cara se vea alargada. Aunque hay otras enfermedades de este tipo, esta es una de las que más afecta a los pacientes, pues los hace víctimas de burlas y bullying.
Para tratar esta condición existen dos opciones: la primera es una cirugía de recuperación compleja, dolorosa y que, usualmente, implica que el paciente pierda sensibilidad facial.
La segunda es un tratamiento de ortodoncia que utiliza mini implantes y resortes que ejercen fuerzas para hacer que la mandíbula y el maxilar lleguen a los espacios que deben ocupar. El problema de esta opción es que los resortes se ponen de la misma manera para todos los pacientes aunque sus condiciones sean diferentes.
El objetivo de la investigación era encontrar una forma de “personalizar” el tratamiento para que diera mejores resultados. La investigación reunió a varios expertos y consiguió un software en el que se introducen datos del paciente para recibir el ángulo en el que se debe poner el resorte y la fuerza que este debe ejercer.
El programa ha sido presentado en varios congresos nacionales e internacionales y se aplica con resultados satisfactorios en el consultorio de uno de los investigadores líderes.
Cuando el proyecto ya estaba en marcha, Catalina recibió un correo de la universidad en el que le recomendaban postularse al Premio Medellín Investiga y ella lo hizo sin mayores expectativas.
Un tiempo después recibió la notificación del Premio en el que se le informaba que era una de las 10 ganadoras y que sería reconocida como una de las investigadoras jóvenes más importantes de la ciudad. Con parte del dinero de este reconocimiento pudo pagar el crédito del Icetex que había adquirido para su pregrado.
Ahora, Catalina está terminando su maestría en EAFIT para la que recibió una beca de la universidad y sigue con otros proyectos del Grupo de Investigación en Bioingeniería. Además, proyecta su futuro en la industria de la salud para seguir probando su excelencia como investigadora y poniendo su conocimiento al servicio de los otros.